La actuación del Tribunal de la Inquisición ha generado amargas polémicas. Para unos, su crueldad e intolerancia fueron causa de que España quedase al margen de las corrientes culturales, científicas y filosóficas que transformaron el resto de Europa. Para otros, los métodos usados por la Inquisición ni fueron excesivamente intolerantes, ni más crueles que los usados por los demás tribunales de la época en las demás naciones europeas, ni tampoco, para ellos, hizo que España quedase atrás culturalmente, señalando como prueba el Siglo de Oro español que precisamente entonces se iniciaba.
Lo cierto es que desde finales del s. XV hasta el primer cuarto de siglo XIX, la Inquisición compone algunas de las páginas más negras de la historia española. Durante tres siglos y medio, marcó a la sociedad española y colonial americana y su efecto - privación de un desarrollo cultural y económico - fue una de las causas que no permitieron un mejor posicionamiento de España dentro de la comunidad internacional.
Fernando de Valdés, Inquisidor General
Fernando de Valdés, Inquisidor General (1547-1566)
No hay lugar a muchos paliativos, es cierto, pero sí es justo, en honor a la verdad, ubicar esta institución en un contexto histórico para entenderla y, sobre todo, el desposeerla de con cuanto de leyenda ha cargado injustamente, aunque, eso si, siempre sin quitar un ápice del horror que acompañó a su siniestra existencia.
La Inquisición española no fue la única institución que cometió barbaridades, pues las mismas autoridades civiles (españolas y del resto de Europa) fueron por lo general más crueles que el Santo Oficio frente a idénticos delitos. Y también hemos de resaltar que con ella se condenó a muerte a un número de personas muy inferior de lo que erroneamente se cree, y que incluso el tormento que acompañó a la acción inquisitorial, se aplicó, en contra de lo que habitualmente se presume, en un reducido número de casos y bajo un sorprendentemente estricto control notarial, el mismo que nos ha permitido conocer qué sucedió exactamente tras los muros de los Tribunales del Santo Oficio.
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